Emprender nunca fue tan fácil
Tú puedes. Que nadie te pare. Atrévete. Recibimos un montón de mensajes alentadores y estimulantes por parte de las marcas y esas proclamas, por lo que parece, deben motivarnos a actuar, a cambiar, a querer, a movernos o a afrontar el día con una sonrisa. Si el objetivo es ese, estimularte para hacer deporte o para estar más feliz porque sale el sol y tienes un café en la mano, tiene un obvio fin comercial pero resulta hasta noble, naíf y no más dañino que incitarte a comprar un producto que pretende impulsarte. En peores plazas hemos toreado con la publi.
Por otro lado, ahora proliferan los coaches de todo tipo; es algo sorprendente. Si algo curioso ha traído esta pandemia consigo es que muchos se han lanzado a aconsejar, instruir o formar, tanto de lo que saben como de lo que no, en lo profesional, en lo personal y en lo vital. A una gran mayoría les saldrá bien si parten de la profesionalidad y la experiencia pero otros se irán cayendo por el camino porque todo cae por su propio peso, aunque, entre medias, a algún incauto habrán seducido.
Por desgracia, un buen coach/mentor/guía cuesta distinguirlo de uno malo si tu criterio es bondadoso y tu nivel de exigencia es aún desconocido para ti porque te queda mucho o todo por saber. ¿En quién o en qué confías? ¿Solo en ti? ¿Y si lo importante no es solo el valor y la confianza en uno mismo? ¿Qué hacer?
“Emprender nunca fue tan fácil”. Esa frase la leí hace unos días en una publicación local y de verdad que no daba crédito. Obviamente se referían a que “nunca fue tan fácil gracias a nosotros”, pero ese era el titular. Capcioso y con una intención anticonstructiva, en mi opinión.
Pero lo más importante es que eso nunca es verdad. Que haya más oportunidades, más modelos de impulso, más formaciones al alcance de todo el mundo no significa ni mucho menos que emprender sea fácil, con o sin ayuda. Y emprender en innovación, menos aún.
Ahora, que tengas que estar convencido, emocionado, motivado y con ganas de darlo todo con y para tu proyecto no es que sea una opción, es que sin eso ni empieces. A partir de ahí, hay que remangarse.
Investiga, descubre, hipotetiza, corrobora, conceptualiza, testea y define. Puedes hacerlo solo, pero te costará mucho y no podrás llegar a muchas paradas del camino y a la profundidad que los diseñadores de servicio, de producto o de experiencia, conocen y reconocen.
KPIs de la prebatalla
Enumero los que considero cinco puntos clave a tener muy en cuenta a la hora de emprender en innovación que suponen mucho más que solo motivación:
Una vez que tengas estos puntos claros te podrás empezar a mover.
Y recordemos que que te ayuden a montar tu negocio si lo necesitas vale dinero porque, si se hace bien, da mucho trabajo. Y si nunca lo vale, no te fíes. Nadie da duros a cuatro pesetas.
#BeInnovative!